Terrario Medellín

350.00

El modelo Medellín es el terrario más grande y espectacular de toda nuestra colección. Incluye un Ficus Ginseng de más de veinte años de maduración, que está perfectamente adaptado en el interior de un recipiente de cristal soplado y hecho a medida de 70 cm de altura. La base del recipiente mide 30 cm de diámetro y está cubierta por una capa de musgo activo que se mantendrá verde gracias a la humedad que circula en el interior del recipiente. 

 

El tapón de corcho en la parte superior se encargará de mantener la humedad en el interior del cristal. El árbol podrá llevar a cabo su ciclo de desarrollo sin necesitar ningún tipo de mantenimiento, ya que el ciclo del agua actuará como hidratador constante de tu jardín.


Cantidad
SKU: T016 Categoría:

Descripción

Para la venta de esta pieza exclusiva, nos pondremos en contacto con el comprador para tener en cuenta sus preferencias.

La elaboración de esta composición será bajo demanda, por lo que los plazos de entrega serán de una semana.

 

Los terrarios autónomos o jardines eternos

Descripción

Cada terrario es una creación única ya que son piezas decorativas vivas hechas a mano. En el interior de cada cúpula, se ha creado un pequeño ecosistema que se autorregula de manera autónoma sin apenas necesidad de la intervención humana. Diferentes especies de seres vivos comparten un espacio y cooperan juntos para su supervivencia, ayudándose unos a otros. Todas las plantas que hay en el interior de la cúpula necesitan vivir en un ambiente húmedo, puesto que son plantas de origen tropical.

Cuidados de los terrarios autónomos

Gracias a la fotosíntesis, al ciclo del agua y la luz a su entorno que entra a través de las paredes transparentes, nuestro jardín en botella se mantendrá en vida sin necesitar apenas de la acción humana. Debe tener únicamente luz natural y una temperatura entre los 15ºC y 27ºC.

Precauciones

A pesar de que el mantenimiento del terrario sea sencillo, hay una serie de indicadores que nos pueden mostrar que nuestro pequeño jardín necesita nuestra ayuda. 

  • Si vemos que en el interior del jardín hay mucha condensación y no se percibe la silueta de la planta, significa que tenemos que buscar un lugar en el que no reciba tanta intensidad de luz directa. La condensación es necesaria pero ante un exceso de la misma, es recomendable abrir unos minutos la tapa hasta que los cristales hayan quedado transparentes otra vez. El agua acumulada en los cristales habrá bajado a la superficie de tierra, humedeciendo de nuevo la base del jardín.
  • Si vemos que algunas hojas caen, se vuelven amarillentas o aparece moho en alguna parte del jardín, sabremos que nuestro pequeño ecosistema se está aclimatando al nuevo lugar en el que lo hayamos ubicado. Esto no tiene porque ser malo, al contrario. Igual que los animales, la planta necesita un proceso de adaptación a un nuevo lugar. En este caso, retiraremos el moho y las hojas caídas y dejaremos que la planta siga su proceso de adaptación.
  • Si vemos que la tierra de alrededor de la planta principal está seca, significa que hay que regar nuestro pequeño ecosistema. Esto ocurrirá una vez al año, que es la periodicidad con la que tiene que ser regado. Para regar el jardín, utilizaremos un pulverizador y esparciremos entre 20 y 40 ml de agua en la base de nuestro pequeño jardín.
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