Terrario Habana

119.95

El único terrario del mundo con flores vivas en su interior. Nuestro modelo Habana es un jardín eterno en el que vive de manera autosuficiente un anturio de flor roja. Es una planta de flor perenne, eso significa que durante todo el año nacen flores independientemente de la época en la que se encuentre. Esta bonita planta floral vive encima de una capa de musgo activo que vive gracias a la humedad que hay en el interior del cristal.

Pulverizar el musgo una vez al año y alejar el jardín de los rayos de sol directo serán las únicas precauciones que habrá que tomar para que siempre luzca su mejor aspecto.

Tamaño del terrario: 28×28 cm

 

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SKU: T07 Categoría:

Descripción


Los terrarios autónomos o jardines eternos

Descripción

Cada terrario es una creación única ya que son piezas decorativas vivas hechas a mano. En el interior de cada cúpula, se ha creado un pequeño ecosistema que se autorregula de manera autónoma sin apenas necesidad de la intervención humana. Diferentes especies de seres vivos comparten un espacio y cooperan juntos para su supervivencia, ayudándose unos a otros. Todas las plantas que hay en el interior de la cúpula necesitan vivir en un ambiente húmedo, puesto que son plantas de origen tropical.

Cuidados de los terrarios autónomos

Gracias a la fotosíntesis, al ciclo del agua y la luz a su entorno que entra a través de las paredes transparentes, nuestro jardín en botella se mantendrá en vida sin necesitar apenas de la acción humana. Debe tener únicamente luz natural y una temperatura entre los 15ºC y 27ºC.

Precauciones

A pesar de que el mantenimiento del terrario sea sencillo, hay una serie de indicadores que nos pueden mostrar que nuestro pequeño jardín necesita nuestra ayuda. 

  • Si vemos que en el interior del jardín hay mucha condensación y no se percibe la silueta de la planta, significa que tenemos que buscar un lugar en el que no reciba tanta intensidad de luz directa. La condensación es necesaria pero ante un exceso de la misma, es recomendable abrir unos minutos la tapa hasta que los cristales hayan quedado transparentes otra vez. El agua acumulada en los cristales habrá bajado a la superficie de tierra, humedeciendo de nuevo la base del jardín.
  • Si vemos que algunas hojas caen, se vuelven amarillentas o aparece moho en alguna parte del jardín, sabremos que nuestro pequeño ecosistema se está aclimatando al nuevo lugar en el que lo hayamos ubicado. Esto no tiene porque ser malo, al contrario. Igual que los animales, la planta necesita un proceso de adaptación a un nuevo lugar. En este caso, retiraremos el moho y las hojas caídas y dejaremos que la planta siga su proceso de adaptación.
  • Si vemos que la tierra de alrededor de la planta principal está seca, significa que hay que regar nuestro pequeño ecosistema. Esto ocurrirá una vez al año, que es la periodicidad con la que tiene que ser regado. Para regar el jardín, utilizaremos un pulverizador y esparciremos entre 20 y 40 ml de agua en la base de nuestro pequeño jardín.

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